La aceptación radical es una estrategia de regulación emocional, significa aceptar algo tal cual como es y sin juzgarlo (también las emociones que lo acompañan). Es decir, la aceptación radical en el aquí y el ahora significa «no tratar de cambiar algo que no se puede cambiar”.
Las personas normalmente nos empeñamos en cambiar los hechos de la realidad (emociones propias, acciones de los demás y un largo etc). Esta rigidez casi siempre conduce a experimentar más frustración, sufrimiento y maltrato a los demás (incluso a nosotros mismos). Por ejemplo pensamos cosas como “¡esto no debería ser así!” O “¡no tendría por qué estar sintiendo esto!”
Practicarla nos abre la oportunidad de reconocer nuestro papel, el de los demás o de las circunstancias en la situación actual (y que genera malestar). Así como también la oportunidad de crear conocimiento y responder de formas menos dolorosas y más efectivas.
¿Cómo lo hacemos? Puedes tomar en cuenta los siguientes puntos:
1.- Aceptación radical (total y sin resistencia).
a) Aceptar la realidad como es. Es decir, sin negarla y sin ignorar o tratar de ignorar lo que sucede.
b) Aceptar que todo tiene una razón de ser. Dejar ir los «no debería ser así» y cambiarlos por un «si debería» es decir, tomar una actitud comprensiva y compasiva; incluso tratar de relajar tu cuerpo.
c) Aceptar que la vida vale la pena vivirse aún cuando tenga dolor. Y en ese sentido, encontrar una forma de construir una vida valiosa.
2.- Tener una buena disposición.
a) Dejar que el mundo y las emociones propias «sean como son».
b) Asumir que en algún momento tendremos que participar y hacerlo de forma tan efectiva como nos sea posible.
3.- Cambiar el enfoque una y otra vez: redirigirnos a la aceptación.
a) Notar cuando somos “tercos». Identificar cuando experimentamos enojo, fastidio, «no deberías» «por qué».
b) Hacer el compromiso de aceptar y tener buena disposición.
c) Repetir el proceso. – Cuantas veces sea necesario.
La aceptación radical significa verte a ti mismo y lo que vives a cada momento tal como son las cosas, sin desear que sea distinto, sin involucrar emociones innecesarias y sin juzgar la situación actual. Te permite concentrar tu atención en lo que puedes hacer ahora, pensar con claridad y encontrar una manera más adecuada de manejar tu sufrimiento.
Aceptar de forma radical algo no significa que tengamos que rendirnos o aprender a que nos guste un evento desagradable, «para tomar la mejor acción es necesario comprender por qué ocurre”.
Recuerda: este contenido no busca de ninguna manera suplir una terapia psicológica. Si consideras que necesitas ayuda, ve al psicólogo… ¡tú lo vales!
Coméntale lo que has leído aquí, tu terapeuta sabrá cómo ayudarte.
Referencias:
Reyes, M. & Tena, E. (2016). Regulación Emocional en la práctica clínica: una guía para terapeutas. Editorial El Manual Moderno.